El tamaño no importa

Esto de ser bloggera novata pasa factura. Y es que... ¿quién me mandaría a mi meterme en este jaleo en plenas navidades? Entre la tienda, la familia, el gato pocho... no me da la vida!!!

Peeeero, como me debo a mi público (incipiente), aquí estoy de nuevo.

Hoy quiero hablaros de las compras navideñas y una reflexión que surge de la obsevación directa de los niños y niñas que se pegan a nuestro escaparate como si fuera de chocolate. Y es que resulta que la mayoría de las veces las madres tiran de ellos con excusas absurdas para encaminarse a la juguetería que está calle arriba.

L@s niñ@s escriben su carta a los reyes, piden todo lo que ven en la tele porque no conocen otra cosa. Pero de pronto pasan por un escaparate sin Peppa Pig, Patrulla Canina ni Star Wars ¡y flipan! Y lo que es mejor. Las madres que se animan a entrar y comprar un juguete diferente, cuando llegan a casa y ven cómo se entretienen ¡también flipan!

¿Por qué no compramos los regalos de los peques pensando más en ellos y menos en nosotros? ¿No será que nos resulta más fácil comprar lo que piden y dejarnos de historias?

Confieso que he estado tentada de comprar la colección entera de la Patrulla Canina, pero después de ver los resultados de unas simples acuarelas cortesía de Papá Noel, los cachorros rescatadores quedan relegados a los momentos televisivos de la merienda.

Y, con más miedo que vergüenza, me atrevo a daros un par de consejos antes de que termine el año:

• Escucha a tu peque, pero escúchale más allá de sus palabras. Atiende a sus intereses y piensa qué es lo que puede ayudarle a potenciar, de una forma lúdica, sus aptitudes (sean las que sean), a compartir con sus hermanos o primos, a conocer nuevas formas de entretenimiento...

• El tamaño no importa. Sí, has leído bien. Como en muchas cosas en la vida, el tamaño del paquete (de regalo) no es lo importante. Tus hijos e hijas no te van a querer más cuanto más grande sea el regalo.

• ¿Dije un par? Pues van a ser 3. El mejor regalo que le puedes hacer es TU TIEMPO. No lo olvides nunca.

Ea, ya me he escrito más de lo que debería. Así que corto y cambio ya hasta el año que viene.

¡¡Feliz 2016!!